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Guerra, paz y democracia
en la obra de Estanislao Zuleta
Por Alberto Valencia Gutiérrez
la publicaremos
Apartes significativos del texto los expuso el autor
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La vigencia de Zuleta
Por Beatriz López
El País, Cali, Febrero 20, 2015
Han
pasado 25 años de la muerte de Estanislao Zuleta, y su pensamiento sigue
vigente. En la década de los 70 cuando Cali vivía la euforia de cambio de los
60, presidió grupos de estudio, como el de Literatura y Psicoanalisis en el
Centro Psicoanalítico Sigmund Freud.
***
En una
sociedad cerrada como la nuestra, patriarcal y conservadora, quien fuera uno de
los pensadores más influyentes del siglo XX, nos enseñó a las mujeres caleñas a
pensar, a abrir nuestras mentes, a liberarnos de paradigmas, o como dice Elena
Garcés: “nos quitó la
inocencia”.
***
La asistencia variopinta que llenó uno de los salones de la Biblioteca
Departamental el pasado martes, para oír la conferencia de Alberto Valencia,
‘Guerra paz y democracia en la obra de Estanislao Zuleta’ me confirmó que la
vigencia del autor del ‘Elogio de la Dificultad’, no solo está intacta sino que
la juventud de hoy también busca la libertad de pensamiento en un país vacío de
alternativas diferentes a las de triunfar y hacer dinero.
***
El
profesor de la Universidad del Valle y columnista de este diario, sostiene una
curiosa teoría y es que Zuleta, profundo conocedor de las teorías marxistas, se
inclinaba por la democracia. Afirma Valencia que Estanislao pensaba que solo en
una democracia puede existir el debate libre y no en la represión de una
dictadura. Admirador en un principio de la revolución cubana, después rechazó
los abusos de Castro contra los derechos humanos. A pesar de su ideología,
fustigó siempre la falta de evolución y miopía de la izquierda colombiana.
***
Zuleta
fue un estudioso de las teorías de Sigmund Freud. A su lado, estuvo ese gran
maestro del Psicoánalisis que es Oscar Espinosa. En el campo literario
‘diseccionó’ las obras de Dostoyevsky , Thomas Mann y Nietzche. La sorpresa de
la noche, fue el lanzamiento del libro sobre Shakespeare, que su hijo José Zuleta
recopiló de viejos casetes.
Son cuatro capítulos en un libro pequeño, pero con un contenido apasionante:
Ricardo III y la pulsión de muerte y poder, Macbeth: el éxito del poder como
fracaso, Otelo: el drama de los celos y el poder y La Tempestad: la
reconciliación por medio del arte.
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Por
último debo referirme a los hijos de Estanislao: José, Fernando y Silvia, a los
cuales conocí cuando estaban pequeños. Zuleta rechazaba la educación formal.
Los hermanos Zuleta Ortiz: José, Fernando (el menor) y Silvia (la mayor)
La niña es hija de Fernando (
Fotografía, Cali, Feb. 17, 2015, incluida por NTC ...)
Él
mismo era autodidacta: a los 16 años abandono sus estudios en un prestigioso
colegio de su Medellín natal. Por eso no matriculó a sus hijos en instituciones
educativas de Cali. Él asumió su formación. Cuando los veía pasar, llevando en
un burro agua para su casa de La Buitrera, yo pensaba que esos niños no
tendrían futuro. Hoy me retracto, José se convirtió en un intelectual de
quilates: poeta, escritor y promotor del Taller de Escritura Creativa: ‘el
cuento de contar’. Fernando es un pensador como su padre que se “resiste a
bajar de la montaña” y Silvia es una destacada líder de izquierda que vive en
París.
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Cali precursora: Salí
de la Biblioteca y llegue jadeante al quinto piso del auditorio de Comfenalco
para asistir al otro lanzamiento del martes: el libro de Armando Barona Mesa,
que con su rigor investigativo, despeja las dudas acerca de que Cali sí fue la
precursora de la Independencia, el 3 de julio de 1810. Y no como sostienen
algunos ‘historiadores’ de la parroquia, que ese acto fue solo una hipócrita
adhesión al rey de España. Bellísimo el párrafo donde narra el fusilamiento de
Cayzedo y Cuero, la mañana del 26 de enero, en Pasto, en un “amanecer frío, con
llovizna pequeña y picante”.
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'El diálogo es hoy una necesidad de la humanidad': Estanislao Zuleta
En memoria del fallecido filósofo, publicamos apartes de una reflexión que ofreció al M-19 en 1989.
Por: DIEGO ARIAS
EL TIEMPO impreso, 20 de febrero de 2015. Página 13, completa
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'El diálogo es hoy una necesidad de la
humanidad': Estanislao Zuleta
En
memoria del fallecido filósofo, publicamos apartes de una reflexión que ofreció
al M-19 en 1989.
Por: DIEGO ARIAS
EL
TIEMPO .com, 11:49 p.m., 19 de febrero de 2015
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“Solo
un pueblo escéptico de la guerra y maduro para el conflicto es un pueblo
también maduro para la paz”.
Para
el año de 1989 el M-19 estaba ya empeñado en un diálogo con el gobierno de
Virgilio Barco para pactar la paz. Fue, en América Latina, la primera guerrilla
que renunció al alzamiento armado para, a cambio de la insurgencia, hacer
política legal y pacíficamente.
La
discusión sobre la democracia (“ancha y profunda y construida de abajo hacia
arriba y de adentro hacia afuera”) y el valor del diálogo político para
terminar la guerra y/o resolver conflictos fue algo crucial en esos momentos
para quienes íbamos a pasar de la guerra a la paz.
Estanislao
Zuleta generosamente quiso compartir su pensamiento sobre estos temas y lo hizo
subiendo hasta el campamento del M-19 en las montañas del Cauca.
Esta
es una versión sintetizada de sus reflexiones, por lo demás extraordinariamente
vigentes para la actual coyuntura colombiana, que publicamos con motivo de los
aniversarios de su natalicio y de su fallecimiento. La conferencia completa del
filósofo puede ser consultada en:
NTC ... enlace,
La
democracia
... sigue en:
http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/discurso-de-estanislao-zuleta-al-m-19-en-1989/15274538
EL TIEMPO .com
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Estanislao Zuleta: sus conferencias
A 25 años de su muerte
Estanislao Zuleta
Por Fabio Jurado
Valencia *
de: CON-FABULACION confabulacion33@gmail.com
para: Con-Fabulación Periódico
Virtual confabulacion33@gmail.com
Cco: ntcgra@gmail.com
fecha: 23 de febrero de
2015, 15:00
asunto: No. 363 - La Quinoterapia
En la
década de 1970 Cali es el epicentro de los movimientos culturales. Pero no hay
movimiento cultural sin movimiento político. Todo movimiento político deviene
de corrientes de pensamiento filosófico. Entonces cultura, política y
pensamiento filosófico constituyen un solo cuerpo, son interdependientes;
podría plantearse también que el movimiento político y el pensamiento
filosófico se encarnan en la cultura o la hacen posible. En la cultura ubicamos
las fuerzas del arte pictórico, de la música, la literatura, el teatro y la
tradición popular. En la política, para nuestro caso, la militancia de
izquierda y sus grandes debates. En el pensamiento filosófico tiene un lugar
preponderante la epistemología y el psicoanálisis.
En estos
oleajes se movió el discurso oral de Estanislao Zuleta. Es el conferencista
emblemático, el catedrático sin títulos que llena auditorios, el conversador
que convoca al corrillo, el intelectual que es sujeto de consulta para mediar
en los desacuerdos. Ciertas fuerzas apuntaladas en los efectos del festival de
las artes de Cali propiciaron la interlocución con otros que habían regresado
de las universidades francesas. La Universidad del Valle, en la sede de San
Fernando, y la Universidad Santiago de Cali, cuando no era estrictamente privada,
son los escenarios para escuchar y discutir con Zuleta. Cali fue el nicho donde
Zuleta, oriundo de Medellín, encajó con sus posiciones filosóficas innovadoras,
pues no cabía en otro lugar, en un momento en el que todos preguntábamos,
porque todos escuchábamos, y escuchábamos porque leíamos y leíamos no para
cumplirle a la academia sino para discutir en las células de la militancia y
para alimentar los alegatos en los cafés y las cantinas. Había horizontes
intelectuales sin importar si eso serviría para algo práctico. Y siempre la
figura de Zuleta estaba allí como una recurrencia argumentativa para
interpretar una película, una novela, un poema, una pieza de teatro, un tango o
un bolero.
Con las
disertaciones orales de Zuleta constatamos cómo la escritura está en el lector
aunque no escriba. El buen lector escribe sus representaciones mentales cuando
habla; es el caso de Zuleta. Su obra proviene de la labor de los amanuenses; ya
sea con las grabaciones de las conferencias o las grabaciones de las conversaciones
o de sus disertaciones pedagógicas, quienes toman esos registros para la
transcripción solo hacen eso: transcriben y hacen explícitos los signos de
puntuación y los conectores en la segmentación que presupone la escritura
cuando se hace pública; un halo de universalidad respiraba a través de su voz,
era pues una voz escrita en la voz oral.
Por lo que
sabemos, Zuleta no tenía la paciencia para corregir las transcripciones quizás
porque su fogosidad intelectual trastornaría lo ya dicho; son compulsiones de
un hombre acosado por las ideas y que hace del lenguaje oral una fiesta, como
lo dice respecto a la lectura de la Historia del Ingenioso Hidalgo Don Quijote
de la Mancha, en esa conferencia magistral, la más iluminadora para los
maestros: “Sobre la lectura”. Toma las palabras de Marx y nos hace sentir la
necesidad de leer El Capital y la Crítica del programa
de Gotha; evoca las ideas de Nietszche, las del Zaratustra, y nos hace ver
que algo nos falta para asumir la investidura del lector crítico; vuelve sobre
Freud y nos ayuda a comprender la complejidad de la condición humana, a la vez
que nos orienta sobre cómo el psicoanálisis no solo contribuye en los análisis
del arte sino que nos ayuda a vivir y a comprender al Otro, cuando lo
estudiamos.
“Sobre la
lectura” es una conferencia de 1974, dictada en Medellín, que repite en 1978 en
Bogotá. Cita allí a Mijail Bajtin, particularmente su estudio sobre
Dostoievsky, cuando apenas este teórico/filósofo ruso comenzaba a ser traducido
a las lenguas romances. Se presume que Zuleta leyó las primeras traducciones
francesas y en consecuencia pudo acceder a los planteamientos de Bajtin en ese
ir y venir de los libros que caracterizó a la década de 1970 en Cali, enlazada
con Argentina, México y España; será el primer colombiano en introducir las
ideas de Bajtin para cohesionar su propio pensamiento, provocar desde los
principios de la heterodoxia en la comunicación, la democracia, el carnaval y
resaltar el carácter polifónico de las obras literarias en las que el autor
permite la autonomía ideológica de sus criaturas de ficción, como observará
Zuleta en la obra de Thomas Mann.
En el campo
de la crítica literaria, entendida como una vía para la formación de lectores
–fue la pretensión de Zuleta, más que aportar a la historia de las literaturas-
el estudio sobre la vida y la obra de Thomas Mann (25 conferencias) ilustra el
trabajo hermenéutico sobre textos altamente simbólicos, como La montaña
mágica, y tácitamente diserta para aquellos destinatarios de distintas
profesiones que buscan en la literatura respuestas a sus dilemas. El caso, por
ejemplo, de los médicos y de las enfermeras, es una presencia en sus
reflexiones: lo que ocurre en el sanatorio en La montaña mágica,
con las patologías de unos y otros; la enfermedad es descanso, refugio y fuga,
dirá respecto al protagonista de la novela de Mann. Zuleta dedica gran parte de
estas conferencias a mostrar una especie de psicopatología en las enfermeras y
los médicos y en las relaciones con sus pacientes, separados por las
percepciones sobre la vida, la enfermedad y la muerte. Pero también hay un
lugar para los ingenieros –el protagonista es un joven ingeniero naval-, los
músicos –en lo profundo de la novela se perciben los tonos de Wagner- y los
abogados –siempre asociados con la propiedad-. De allí el interés de los
profesionales de distintos ámbitos en las conferencias de Estanislao Zuleta, en
las décadas de 1970 y 1980.
Unos meses
antes de su muerte en Cali, acaecida el 17 de febrero de 1990, con Gabriel
Alzate visitamos a Zuleta; conversamos sobre la situación política del país;
era notable la melancolía y la nostalgia; Cali ya no era la ciudad de los 70;
los interlocutores fuertes se habían dispersado: unos hacia el extranjero,
otros hacia los partidos tradicionales, otros hacia el narcotráfico, otros
hacia los movimientos guerrilleros y otros enloquecieron o se aislaron. Hoy
podemos decir que Zuleta murió de una aguda melancolía por la situación de la
ciudad y el país.
*Ensayista
y catedrático colombiano
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CONTINUARÁ
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